miércoles, 2 de abril de 2008

Tú, mi libertad



Las tinieblas forman legañas
que aprietan ya los ojos.
Y, así,
a ciegas te busco,
mi libertad.

Deseo el placer de la cordura,
en ese mantel tuyo froidiano
de dibujos infantiles.

Llorar,
Reír carcajadas a gritos
y en penumbra.
Sin juicios.

Obtenerte a tí,
mi libertad.
Femenina,
infame y pueril,
ancestro de locura.
Estigma vedado
a los ojos de los hombres.

Y aprender a mecerme sobre tu pecho acomodado,
y vestirme de pasión mientras llega la madurez.
Derrocar los hábitos que no te habitan.
Alejar los espíritus de naturaleza ebria,
de tus confesiones más íntimas.

Conocer tus hazañas
sobre el tedio, la pereza,
el lujo o la insumisión.

Tentáculo de sabiduría.
¡Oh, libertad mía!
Hermana de sombras
y silencios abstractos.

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